Roger trataba de recordar qué lo había inspirado a estudiar ingeniería en computación y terminar en un ambiente con muy pocas mujeres a su alrededor. Era frustrante llegar al trabajo y ver cómo las únicas mujeres guapas eran acosadas por decenas de ingenieros dejándolo al margen de cualquier posibilidad. Al llegar a su trabajo se vio reflejado en un espejo junto a otros compañeros y notó su baja estatura. Era consciente de que esa era su principal desventaja, pues feo no era, sin embargo, la baja estatura, en un país como el suyo EE.UU, donde la mayoría de las mujeres son altas, no ayudaba.
Al rato, cuando se dirigía a comprar un café un suceso le disparó una idea. Vio a una muchacha que desde luego no tenía el perfil de una mujer de su país. Era una mujer latina muy esbelta y para gran alegría suya, de poca estatura. Y aunque las latinas en general prefieren a los hombres altos, a partir de aquel momento Roger empezó a interesarse por el resto del continente al sur de su país e inició unos cursos de español.
Unos días después recibió un e-mail con una invitación para exponer sus trabajos en la ciudad de Guadalajara en México. Jamás había oído hablar de esa ciudad, pero era la perfecta oportunidad para Roger de encontrar mujeres de baja estatura, por lo que no dudó en aceptar. Al llegar a Guadalajara, como él lo había augurado halló cientos de mujeres de baja estatura por todos lados. Al presentar su trabajo vislumbró pocas mujeres pues seguía siendo un ambiente de ingenieros, pero varias de las que visualizó eran atractivas, bajitas y muchas mostraban señales de interés por él. Estaba asombrado al ver la gran belleza de las mujeres de esa región. Logró conocer algunas de ellas pero no concretó ningún acercamiento íntimo. Cuando Roger regresó a su país mantuvo esa relación de amistad con ellas y con un ingeniero que lo había recibido durante su estancia. Casi todas las conversaciones sucedían por el chat interno de la compañía. Solía platicar con Miguel, el ingeniero que lo había recibido. Compartían sus percepciones sobre las mujeres que había visto. Roger le hizo saber de sus frustraciones con el sexo femenino y al escuchar a Miguel se dio cuenta que él no era el único con infortunios, por eso compartió con él la clara ventaja que Roger veía con respecto a las mujeres latinas.
-De verdad Miguel – escribía Roger por el chat con un español que día a día iba mejorando – nunca yo haber visto más ojos sobre mí que en tu país que he visitado. Además las mujeres latinas son hermosas.
-¿Y qué hay de las asiáticas? – preguntó Miguel
-No, preferir yo latinas. Las latinas muy sensuales y asombrosas cuando bailar – Roger le pasó por el chat unas ligas de unos videos de youtube.com de mujeres bailando todo tipo de ritmos latinos- Yo contarte, un día haberme inscrito en un sitio especializado en buscar pareja por aquí en la región donde yo vivo. Dos meses y nada. Entonces yo haberme sumergido en el mundo latino, yo haber decidido explorar un sitio latino para encuentros. En los siguientes días no parar de recibir notas de cientos de mujeres que querer conocerme.
-No me sorprende – leyó Roger la contestación de Miguel por el chat- En América latina hay mucha miseria y muchas mujeres encuentran la esperanza de salir de ella consiguiendo una pareja que las pueda llevar a un país del primer mundo. ¿Tú buscas algo serio?
-Claro que no, yo sólo querer divertirme lo más que pueda. Yo no podría estar con una sola pareja. Yo querer muchas aventuras y quizás llegar el día en que no necesitar más de eso, entonces tal vez yo establecerme.
-¿Y por qué no pagas unas prostitutas? Debe haber muy guapas por allá en donde vives, ¿no? –escribió Miguel.
-Las prostitutas aquí ser muy caras. – Roger comparó precios con Miguel. Para su sorpresa los precios en Guadalajara no eran tan bajos pero Roger conocía un lugar más barato que Guadalajara. Y en otro mensaje escribió:
- Pero ¿Cómo es que en Tijuana ser siete veces más barato que en tu ciudad?
-¿Has ido a Tijuana? –le contestó Miguel.
-No, aún no, pero haberme hablado mucho algunos compañeros. Ellos dicen que por veinticinco dólares o menos puedo con una prostituta hermosa.
-Claro, como la canción “Welcome to Tijuana, Tequila sexo y marihuana” No es más que la ley de la oferta y la demanda, hay muchos extranjeros como tú que vienen a México a hacer lo que no pueden en su país. Entre esas cosas esta tener relaciones sexuales con prostitutas a menores precios. –decía el mensaje de Miguel.
-¿Pero por qué crees que ser tan barato? –Preguntó Roger con un aire de ingenuidad.
-Te lo estoy diciendo, imagínate que hay miles como tú, en busca de diversión, no de una relación seria y todas sus ataduras. Figúrate un país como el nuestro con un estado débil que no puede regular grupos criminales que hacen trata de mujeres. Si a eso le sumas el valor de la moneda inferior al tuyo ¿Qué resulta de todo eso? –Leyó Roger asombrado el análisis de Miguel.
-Pero si tú estar en mi lugar y tener precios siete veces menos a unos cuantos kilómetros, con mujeres extremadamente hermosas. ¿Qué harías? – Lanzó la pregunta Roger.
-No lo sé, pero te has preguntado ¿De dónde salen todas esas mujeres a precios irrisorios? – Vio Roger aparecer la respuesta de Miguel en la pantalla de su ordenador.
Dos semanas después, a pesar de las reflexiones de su amigo mexicano, Roger iba camino a Tijuana con varios de sus amigos. Como le habían platicado, en las calles había una enorme cantidad de hermosas prostitutas que ni en sueños se hubiera imaginado y por una nada. En esos días aprovechó para cumplir varias de sus fantasías, al igual que sus amigos. Cuando regresaban sobreexcitados compartían sus experiencias.
Al día siguiente, Roger le contó con gran emoción su experiencia única, a su amigo Miguel.
-¡Para ya! – Contestó Miguel - Este fin de semana pasado desapareció mi hermana menor de catorce años. Se cree que fue robada por un grupo de tratantes de blancas. No es la primera que desaparece por esta zona. ¡Déjame en paz!
Fue la última vez que Roger tuvo comunicación con Miguel.
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