No Mires Arriba: Cómo la Ciencia Ficción Puede Ser Duramente Crítica, Reflexiva y tan vigente en el 2025

 No Mires Arriba: Cómo la Ciencia Ficción Puede Ser Duramente Crítica y Reflexiva y tan vigente en el 2025

En el universo de la ciencia ficción, pocas películas han conseguido un impacto tan contundente y relevante como "No Mires Arriba" (Don't Look Up, 2021). Dirigida por Adam McKay, esta sátira apocalíptica utiliza un cometa en ruta de colisión con la Tierra como una metáfora para diseccionar las tensiones sociales, políticas y tecnológicas de nuestra época. Ahora, en el 2025, su mensaje sigue siendo dolorosamente vigente. En este artículo, exploraremos cómo esta película se posiciona como una obra de ciencia ficción que no solo entretiene, sino que también lanza una crítica implacable a nuestra sociedad.

Temas sociales y políticos contemporáneos.

Esta película aborda varios temas contemporáneos a través de su trama y narrativa satírica. Aquí tienes una lista de los elementos más destacados:

1. Negación de la ciencia y el cambio climático:
   Refleja cómo muchas personas, instituciones e incluso gobiernos niegan la evidencia científica sobre problemas críticos, como el cambio climático, a pesar de su urgencia.

2. Desinformación y manipulación mediática:
   Critica la influencia de los medios de comunicación masivos y las redes sociales en cómo se perciben las crisis globales, priorizando la banalidad y el entretenimiento sobre los hechos.

3. Polarización política:
   Muestra cómo las divisiones políticas extremas pueden paralizar la acción colectiva, incluso frente a amenazas existenciales.

4. Capitalismo desmedido:
   Representa cómo los intereses corporativos y económicos pueden tomar precedencia sobre la seguridad y el bienestar global, personificado por el empresario que prioriza la minería del cometa sobre la supervivencia de la humanidad.

5. Cultura de la celebridad y superficialidad:
   Critica la obsesión de la sociedad con las figuras públicas y las noticias frívolas, restando atención a problemas serios.

6. Inacción colectiva frente a crisis globales:
   Refleja cómo, a pesar de la evidencia clara de una catástrofe, las personas tienden a postergar la acción o evitar enfrentarse a problemas difíciles.

7. Dependencia excesiva de la tecnología:
   Explora cómo las soluciones tecnológicas no siempre son infalibles ni están libres de consecuencias, particularmente cuando las prioridades están impulsadas por intereses económicos.

8. Ridiculización de los expertos:
   Los personajes científicos enfrentan incredulidad y burlas, reflejando cómo la sociedad actual a menudo desestima o trivializa el conocimiento experto. El culto a la ignorancia.

9. Falta de liderazgo efectivo:
   Critica la incompetencia de los líderes políticos, que priorizan su imagen y sus agendas personales sobre la toma de decisiones responsables.

10. Crisis de valores humanos:
    Examina la desconexión de la humanidad con los problemas fundamentales y cómo las prioridades individuales tienden a superar las colectivas.

Estos elementos hacen que la película sea un espejo incómodo de la sociedad actual, utilizando la ciencia ficción como herramienta para exponer fallas sistémicas y culturales.

Tecnofeudalismo en la era de Elon Musk y Trump.

Paralelismo con Elon Musk y el tecnofeudalismo:

El personaje del empresario tecnológico, Peter Isherwell, muestra una clara semejanza con figuras como Elon Musk, Jeff Bezos o incluso Mark Zuckerberg. Este personaje representa el poder desproporcionado de los líderes tecnológicos, quienes, bajo el pretexto de "salvar a la humanidad," priorizan intereses personales o económicos. Su insistencia en extraer minerales del cometa, en lugar de priorizar la supervivencia humana, resalta una tendencia preocupante hacia el tecnofeudalismo, donde los grandes magnates tecnológicos actúan como señores feudales, concentrando poder, recursos y control sobre decisiones que afectan al planeta entero.

Paralelismo con Donald Trump y el populismo político:

La presidenta Orlean es una caricatura evidente de líderes populistas como Trump, que minimizan la gravedad de los problemas globales para priorizar su imagen, intereses electorales y discursos polarizadores. Su enfoque en el marketing político, en lugar de la gestión de crisis, refleja cómo las prioridades políticas pueden ser peligrosamente superficiales.

Tecnofeudalismo en acción:

La película expone cómo las élites tecnológicas no solo influyen, sino que en algunos casos gobiernan, moldeando políticas públicas e imponiendo agendas tecnológicas que no siempre alinean con el bienestar global. Esto puede verse como una forma de tecnofeudalismo, donde la innovación y los avances científicos no están dirigidos por principios éticos o colectivos, sino por la acumulación de poder y riqueza de unos pocos.

El control narrativo y la manipulación:

Tanto Isherwell como Orlean manipulan las narrativas públicas, ya sea a través de los medios o mediante discursos que distraen de los problemas reales. Esto refleja cómo los líderes tecnológicos y políticos contemporáneos utilizan su posición para construir "realidades alternativas," desinformando o desviando la atención de las crisis críticas.

La normalización de la apatía:

Tanto el tecnofeudalismo como el populismo retratados en la película conducen a una aceptación social de que el poder está concentrado en manos de unos pocos, fomentando apatía e impotencia entre las masas, un tema también vigente en nuestra realidad actual.

Un Mensaje Que Trasciende el Cine

"No Mires Arriba" no es solo una película; es un llamado de atención disfrazado de comedia. En el 2025, su mensaje sigue resonando con fuerza, recordándonos que la ciencia ficción no solo se trata de imaginar futuros posibles, sino también de enfrentarnos a las realidades que evitamos.

¿Estaremos a la altura para enfrentar nuestras crisis, o seguiremos mirando hacia otro lado? Esa es la pregunta que la película nos deja, una pregunta que sigue siendo crucial responder hoy.