No me gusta el pene
No me gusta el pene, dijo.
Qué pene, qué pena.
Qué pensativo, qué erecto.
Qué penetrante, zumba al dedo.
Qué pésimo, lo perfecto.
Qué flauta, la garganta.
Qué largo, los átomos.
Qué duro, el masculinismo.
Qué penumbra,
Qué impotencia multilateral
es mirar pies, dedos y lunares.
Qué pendiente, qué insomnio.
Qué hermosas lunas miramos juntos
tiesos, erectos.
Qué labios, qué desierto.
Qué cactus, qué grutas.
Te quiero foliar aquí y ayer.
Qué lindo erectar.
Adios, eyaculé fastidiado.
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